lunes, 16 de marzo de 2015

Periodistas, incómodos para el poder

Periodistas, incómodos para el poder

Mery Vaca, periodista

Carmen Aristegui es un peso pesado entre los periodistas de México. No se calla ante nadie, investiga a los poderosos y pregunta lo que tiene que preguntar. Por eso fue despedida de MVS, la radio donde transmitía su programa informativo. El pretexto es que dos de sus reporteros se asociaron al portal MéxicoLeaks, un sitio de filtraciones anónimas recientemente creado; pero el trasfondo está sembrado de denuncias en contra del propio presidente Enrique Peña Nieto y su esposa. La más escandalosa es la que hace referencia a una mansión de la pareja presidencial, que era de propiedad de una de las contratistas del gobierno mexicano.

En La Paz, Carlos Quisbert, periodista de El Diario, estaba intentando entrevistar a una de las acusadas del caso del bebé Alexander cuando fue detenido y, en tiempo récord y previa violación de sus derechos más elementales, fue enviado a la cárcel de San Pedro acusado de obstruir la justicia. Luego de tres tortuosos días y presiones políticas y sociales de por medio fue liberado.

En Cochabamba, el periodista de ATB, José Miguel Manzaneda, fue amenazado al estilo de la mafia criolla, esa que deja sangre en la puerta con una inscripción que dice “cuídate”. Manzaneda, quien realiza la cobertura nocturna en ATB, indicó que recibe amenazas desde que captó a un jefe policial en un local con una presunta antisocial. Las advertencias se intensificaron después de que filmó a un grupo de policías del PAC saliendo de un lenocinio con una trabajadora sexual.

La jefa de prensa de ATB, Angélica Lazarte, relató que desde que su medio empezó a denunciar hechos de corrupción y violencia contra policías sus periodistas reciben amenazas a través de correos electrónicos y redes sociales. Incluso,  se creó una página llamada “vengadores anónimos” para amedrentar a los periodistas y presentadores de la Red ATB. En algunos mensajes se pedía a los seguidores hacerles “bullying” a los reporteros, según el relato extraído de la página de Facebook de ATB.

El caso es que, sin importar el lugar ni la línea política de los gobernantes, los periodistas incomodamos. El mundo ideal, o más bien, el paraíso de los gobernantes, sería aquel lugar donde no existan periodistas ni medios de comunicación independientes.

Los ciudadanos de Cuba, Irán, Corea del Norte, China y otros países saben lo que es conocer solo la versión oficial de los hechos. Pero, en países democráticos, como México, Bolivia, Venezuela, Argentina o cualquier otro, los periodistas libran una batalla diaria por preservar la libertad de expresión.

Los mecanismos para acallar a los medios van desde los más grotescos como asesinarlos, encarcelarlos, rociar con sangre las puertas de sus casas o despedirlos. O, también hay maneras más elegantes de lograr el objetivo, como quitarle la publicidad estatal a algunos medios, comprar las acciones de otros, ampliar y fortalecer los medios gubernamentales, hacer leyes para limitar la actividad periodística. En fin, métodos sobran.

  

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