miércoles, 8 de abril de 2015

La desvalorización del voto

Mery Vaca, periodista
@meryvaca

En nuestro país, decir que el voto es sagrado es un lugar común o, peor aún, puede ser una mentira. A lo largo de la historia, el voto ciudadano, lejos de respetarse, ha sido negociado, transferido y hasta vendido con maletines de por medio.
Cuando la gente votaba, pero no decidía quién sería el Presidente de Bolivia, el voto entraba al Legislativo y se hacía polvo en medio de negociaciones, cuotas, prebendas y otros males muy típicos de la democracia. Finalmente, en una especie de sufragio calificado, los mal llamados padres de la patria elegían al nuevo Mandatario. El designado, lejos de atender las demandas de los ciudadanos, terminaba siendo una especie de rehén de sus aliados parlamentarios y, por supuesto, atendiendo sus caprichos.
El país ha dado un salto cualitativo y, en apariencia, ahora es el voto ciudadano y únicamente el voto ciudadano el que decide quién gobernará Bolivia y sus regiones. Y digo en apariencia porque en el último proceso electoral han surgido nuevas formas de escamotear la voluntad popular.
El Órgano Electoral Plurinacional y los partidos políticos que participaron de la contienda electoral son los autores de estas innovaciones antidemocráticas. Vamos por partes.
La decisión del Tribunal Supremo Electoral de inhabilitar a 228 candidatos de Unidad Demócrata (UD) fue la primera medida orientada a distorsionar la voluntad popular. El pueblo beniano, en una lección de democracia genuina no solo para Bolivia, sino para el mundo, resolvió el asunto en el urnas y decidió que debe haber segunda vuelta. En otros países, tamaño conflicto se hubiera resuelto con guerra civil y con 40 muertos, tal como dijo el jefe de la misión de observación de la OEA, Álvaro Colom, poniendo de ejemplo a Guatemala, su país de origen.
Pero la decisión del TSE se quedó pequeña frente a lo que el Tribunal Departamental Electoral de Chuquisaca pretende hacer en esa región. A pedido del MAS, los vocales de ese departamento están analizando la posibilidad de anular los votos del FRI, cuyo candidato ha renunciando poco antes de las elecciones, para aumentar el porcentaje de los otros postulantes a la Gobernación, de tal manera que el aspirante del MAS, Esteban Urquizu, gane en primera vuelta. De no ser por esta maniobra, Chuquisaca, igual que Beni y Tarija, iría  a una segunda vuelta.
Si eso sucede, estaremos ante un funesto y aberrante precedente de violación de la voluntad popular. El voto, que es la primera condición para la existencia de la democracia como tal, estaría siendo anulado. Argumentos jurídicos en contra de esa decisión abundan, entre ellos aquel que indica que, si bien se retiró un candidato, la sigla del FRI no fue cancelada, por lo que sus votos no podrían ser anulados. Pero, el oficialismo también esgrimió otros argumentos y hasta mostró una sospechosa resolución electoral del 26 de marzo, de tres días antes de los comicios, que anula los votos del FRI.
El Órgano Electoral, que irónicamente es el encargado de proteger el voto ciudadano, es el que está a punto de violar la decisión ciudadana de que haya segunda vuelta en Chuquisaca.
Pero,  los vocales electorales no son los únicos que dan muestras antidemocráticas. Los jefes de los partidos también lo hacen cuando, con miras a una segunda vuelta, negocian la transferencia de votos para apoyar a tal o cual candidato.
En Beni, los jefes del MNR subestiman la inteligencia de sus electores al creer que el voto es un cheque en blanco que puede ser endosado en favor de UD; mientras que los jefes de las seccionales del mismo partido creen que pueden transferir el voto al MAS. No sería cuestionable esta práctica si en estas negociaciones primaran los programas antes que las cuotas o las prebendas. Pero, de sobra sabemos cuál es el comportamiento de nuestros políticos.

El voto, deberían entenderlo los vocales y los jefes políticos, no es transferible, no es endosable, no es anulable. El voto es sagrado y lo digo a riesgo de caer en un lugar común.

No hay comentarios:

Publicar un comentario