lunes, 15 de junio de 2015

A la marraqueta


Mery Vaca

En La Paz, el pan nuestro de cada día se llama marraqueta. La primera vez que la probé me sentí estafada porque parecía un insípido pan francés que amenzaba con provocarme heriditas en las encías con sus puntas crocantes.
La marraqueta, como el sushi, es gusto adquirido, me advirtieron los paceños. Y, así, día tras día fui adquiriendo el gusto por la marraqueta, por el Illimani, por el helado de canela y también  por el paceño que ahora es mi esposo.
Ahora sé que los paceños no son tales sin su marraqueta. Es un símbolo de identidad que por su majestuosidad solo se compara al Illimani. La comen con mantequilla, con quesito, con nata, con mermelada, con palta, con carnes frías, con llajwita y hasta con plátano y papaya Salvietti. Los más radicales comen el hot dog con marraqueta. Marraqueta debe haber en la casa, en la oficina, en la pensión del mediodía, en el agachadito de la esquina y hasta en el restaurante gourmet de la zona sur.
La marraqueta es un, cómo no, “patrimonio cultural e histórico de La Paz” desde el año 2006. Y es también el mejor "souvenir" de esta tierra. Cuando algún paceño se va de viaje añora sus montañas nevadas saboreando la marraqueta que llegó cargada de amor desde las alturas. Yo misma, en una ocasión, tuve que mandar una maleta llena de marraquetas para un amigo que vivía en España.
Pero no es lo mismo, dirán los más exigentes. La marraqueta tiene que ser crocante, recién salidita del horno, te aconsejarán. No, ¿pero acaso no te has enterado que si las congelas, luego las pones un minuto al horno, salen como si hubieran sido amasadas hoy mismo en algún horno paceño?. Yaaaaaaaaaa, ¿en seriooooo?. En serio, dicen los que saben.
La marraqueta es tan amada que cuando los panificadores anunciaron que dejarían de producirla, ningún periódico se atrevió a poner la noticia en la portada. Y no es que quisieran evitarle un  mal de amores a los paceños, sino que, sencillamente, no creyeron en la  noticia porque era demasiado surrealista.
El caso es que la amada marraqueta empezó a escasear y un buen día desapareció en medio del pesar y el lamento chukuta que recorrió como una pólvora por las redes sociales. No faltó el creativo que le hizo un necrológico deseando que la marraqueta descanse en paz, al que luego se sumaría otro ingenioso internauta que propuso reemplazar la hostia por la marraqueta para atraer más fieles a las iglesias. No sería mala idea.
No pocos restaurantes o cafeterías agregaron en sus menús la aclamada frase: tenemos marraquetas. Y ni qué decir de la alegría que sentían aquellos paceños que, luego de pasar una y mil peripecias, encontraban unas pocas marraquetas en alguna tienda secreta de La Paz. La ocasión ameritaba, entonces, subir las fotos de las marraquetas al face y hacer que el evento compitiera, por su importancia, con la celebración de cumpleaños, la primera comunión o la boda.
La marraqueta, dicen, se elabora solamente con harina, agua y sal. “No”, contradicen los que saben el secreto, también se añade levadura y azúcar. Puede ser, pero el caso es que algún misterio encierra su elaboración porque no cualquiera puede hacer marraqueta, o pregúntenles a los militares que tuvieron que resignarse a vender sarnitas.
La marraqueta es también conocida como el pan de batalla porque, según dicen los que saben de marraquetas y guerras, era el alimento que se llevaban los soldados que iban a pelear en la contienda del Chaco.
Cuando la conocí creí que era de batalla porque había que librar una batalla para comerla. O, escuchen no más a los pico verde que, entre broma y broma, en algún tugurio de Chijini piden una marraqueta para cortarse las venas mientras escuchan melodramáticas baladas de los 70.
La marraqueta es única y solo existe en La Paz. Eso dirían los paceños, pero es falso. También hay marraquetas en Chile, nada menos que en Chile. O será que, igual que el mar, ¿las marraquetas paceñas permanecen cautivas en ese país?
Sí, sí, lo de la marraqueta chilena es en serio, tanto que hay un grupo musical chileno que se llama La marraqueta. ¿Que nosotros también tenemos uno? Claro que sí, pero el nuestro es un Marraketa blindada. O, de una vez, ¿definimos en el asunto en La Haya?
La marraqueta paceña es tan popular que los albañiles, pese a que ahora ganan tanto como un arquitecto asalariado, siguen comiéndola con su Papaya Salvietti y su plátano. La marraqueta es, a la vez, tan chic que un restaurant de la zona sur inventó el postre del albañil, precisamente, juntando esos tres ingredientes. La marraqueta también está en las mesas de los poderosos. Recuerden que en 2010 un agente de seguridad del presidente Evo Morales se hizo robar uno de los vehículos presidenciales al bajarse ceca de la plaza de San Pedro para ir a comprar marraquetas para el desayuno del Mandatario.
Es tan indispensable la marraqueta en La Paz que la virgencita de Copacabana habrá tenido que hacer un milagro para que no desaparezcan definitivamente. Que ya no cuestan 0,40, sino 0, 50 centavos; que ya no son regordetas sino escuálidas, que ahora son chiquititas. Está bien, pero mejor todo eso que vivir sin ellas, dirían los paceños orgullosos de comprar cada mañana en la tienda de la esquina una bolsa de crujientes marraquetas.

Pero, ahora también está escaseando la carne. Qué importa si las amadas marraquetas han vuelto a la mesa de los paceños.

El Pentágono del 14 de junio: Presupuesto para salud.


lunes, 8 de junio de 2015

Dos tercios y cuoteo

Mery Vaca, periodista

En Bolivia se ha instituido, en la última década, el cuoteo de los movimientos sociales, una práctica que ha reemplazado al cuoteo partidario, ese mecanismo que nació con la democracia pactada y a la que tanto daño ha causado.
Antes del gobierno del presidente Evo Morales, los partidos sellaban pactos políticos para poder gobernar porque ninguno alcanzaba la mayoría absoluta. Por tanto, sin esos acuerdos, no podían elegir al presidente de la República y, menos, darle gobernabilidad al país.
La democracia de pactos, sin embargo, no permitía la inclusión de las minorías en la toma de las decisiones políticas más importantes. Por eso, se creó el mecanismo de los dos tercios de votos parlamentarios, para que la mayor parte de las fuerzas partidarias con representación política fueran tomadas en cuenta en la definición de los asuntos de mayor relevancia nacional, entre ellos, la designación de altas autoridades del Estado.
La concertación puede ser fácil en el papel, pero en la realidad reviste un alto grado de complejidad. Entonces, para lograr los ansiados dos tercios, los partidos recurrían a la práctica del cuoteo partidario. En otras palabras, se repartían los cargos y los beneficios a cambio de garantizar los votos necesarios.
El presidente Morales, durante su primer mandato, no logró los dos tercios de votos en el Senado y, encontró ahí, un freno a sus pretensiones. En cambio, desde su segundo mandato, el Mandatario fue beneficiado con contundentes votaciones populares que le permitieron garantizar ese mecanismo, lo que redujo a las minorías parlamentarias a simples elementos ornamentales del primer poder del Estado.
Con esos dos tercios, el MAS logró:
·         Copar el Tribunal Supremo Electoral con perfiles funcionales o, definitivamente, oficialistas. Estos nombramientos se reprodujeron en cascada en los niveles inferiores.
·         Nombrar a los candidatos para las elecciones judiciales y, de esa manera, copar los más altos cargos del Tribunal Constitucional, el Consejo de la Magistratura, el Tribunal Supremo de Justicia y el Tribunal Agroambiental. Igual que en el anterior caso, los nombramientos se reprodujeron en cascada en el resto del Poder Judicial.
·         Reírse en las interpelaciones que los opositores planteaban contra sus ministros.
·         Nombrar a un oficialista en el cargo de Contralor General del Estado.
·         Designar al Fiscal General del Estado.
·         Permitir la designación del Procurador General del Estado en la persona de un oficialista sin objeciones legislativas.
·         Juzgar a miembros del Tribunal Constitucional que se desmarcaron de las líneas señaladas por el oficialismo.
Con dos tercios de votos también se  nombró al Defensor del Pueblo, pero esta autoridad mantiene su independencia respecto al Gobierno.  Los dos tercios de votos también sirven para reformar parcialmente la Constitución, cambios que deben ser sometidos a un referéndum aprobatorio. Este mecanismo aún no ha sido utilizado por el oficialismo.
Para lograr esos dos tercios y consolidar la hegemonía política, si bien el MAS no tuvo necesidad de hacer alianzas partidarias, se vio obligado a suscribir pactos con los movimientos sociales, los que apoyaron la gestión gubernamental no solo en las calles, sino también con votos legislativos.
El propio presidente Morales admitió que el Tribunal Supremo Electoral ha sido cuoteado y anunció que esta vez no ocurrirá lo mismo.
Ahora que la oposición ha ganado algunos espacios de poder local, como es el caso de El Alto, estamos siendo testigos de la dañina maquinaria que se ha montado gracias a estas alianzas. Los movimientos sociales se sienten con el derecho no solo de compartir el poder, sino también de compartir las recaudaciones y, por supuesto, de recibir todo tipo de compensaciones y prebendas para los dirigentes y sus familias.
El cuoteo político del pasado era fácilmente desmontable con el voto popular, pero el cuoteo con los movimientos sociales se peleará en las calles, con graves consecuencias para la institucionalidad y la democracia boliviana.
A estas alturas está claro que los dos tercios de votos, que camufla en su interior el cuoteo de los movimientos sociales, ya no es suficiente. Es preciso crear nuevos mecanismos de concertación social y política que abarque a los partidos políticos con representación política (mayorías y minorías), a los sectores sociales, al mundo académico y a las instituciones involucradas en la temática que se vaya a abordar.

                

Ensayo: Los dos tercios de votos que contribuyeron a consolidar la hegemonía del MAS

Escrito por Mery Vaca para el diplomado de Análisis Político y Procesos Electorales de la Universidad Católica Boliviana (2014).

1.     INTRODUCCIÓN

1.1.         Antecedentes

Bolivia encaró una profunda crisis de Estado desde el año 2000. La denominada Guerra del Agua en Cochabamba, las protestas campesinas del altiplano paceño y posteriormente los sucesos de octubre de 2003 en la ciudad de El Alto pusieron de manifiesto una ruptura política que derivó en la salida forzada del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el fin de la democracia pactada y, lo sabríamos más adelante, el nacimiento de un nuevo modelo político y económico.
Tras estos hechos, dos gobiernos de transición ­­-el de Carlos Mesa Gisbert y el de Eduardo Rodríguez Veltzé- crearon las condiciones políticas para la llegada de Evo Morales Ayma al Palacio de Gobierno. El líder cocalero representaba una nueva forma de hacer política basada en la mayor participación ciudadana y en el corporativismo de los movimientos sociales que se convirtieron en el sostén de su proyecto político. Y traía consigo, además, un nuevo modelo económico basado en la mayor presencia estatal en la economía, con la nacionalización de los hidrocarburos como punta de lanza.
Según el vicepresidente Álvaro García Linera (2010. P.10)), la construcción de este nuevo Estado no fue fácil, estuvo marcada por varias etapas y momentos conflictivos.
“La primera fue cuando se visibilizó el proyecto y la voluntad de poder del pueblo, entre los años 2000 y 2003. La segunda se dio cuando ese proyecto logró fuerza de movilización, presencia territorial y capacidad de ofrecer una alternativa creíble y viable para el resto de la sociedad; éste es el momento que llamamos, apoyándonos en Gramsci, empate catastrófico, donde dos proyectos de sociedad y dos bloques sociales con voluntad de poder se confrontan. Esto ocurrió entre 2003 y 2005. El tercer momento fue la conquista del gobierno, aún no del poder, sino del gobierno, a través de la conversión de esa gran capacidad de movilización de los movimientos sociales, de tierras bajas y altas, de la ciudad y del campo, en voto electoral, es decir, la conversión de la capacidad de movilización en fuerza electoral democrática. En 2005, el compañero Evo Morales Ayma gana las elecciones generales con el 54 por ciento del electorado y asume la Presidencia de la República”.(p.10)
Señala el segundo Mandatario que el cuarto momento “fue un hecho de fuerza, de tensionamiento y confrontación decisoria entre los bloques de poder sociales antagónicos”.
Relata que los opositores intentaron derrotar al gobierno del MAS mediante el estrangulamiento económico, mediante la revocatoria electoral, el golpe de Estado y la división de Bolivia, pero que en todos sus intentos fracasaron. (García Linera, 2010,p.11)
Este es el momento que, a decir del Vicepresidente, se denomina “de bifurcación”, que consolida estatalmente al bloque social dirigente nacional-popular.
Este cuarto momento se desarrolló tras el triunfo de Evo Morales en las elecciones del 2005, cuando obtuvo 54 por ciento de los votos. Sin embargo, no logró el control total del Parlamento, donde tenía dos tercios de votos en la Cámara de Diputados, pero le faltaba el control de la Cámara de Senadores.
La aparente capacidad de movilización de los sectores opositores sumada a un Parlamento con capacidad de maniobra política impidió al Movimiento al Socialismo (MAS) concentrar mayor poder que aquel que le habían dado las urnas.
La estructura que el presidente Evo Morales, despectivamente denominada neoliberal, persistía en gran parte del aparato público, empezando por el Poder Judicial, la Corte Nacional Electoral (luego se cambiarían los nombres) y algunas entidades que habían pasado por un proceso de institucionalización en los gobiernos previos, como el Servicio de Impuestos Nacionales, el Banco Central de Bolivia, el Servicio Nacional de Caminos, la Aduana Nacional de Bolivia, la Contraloría General del Estado, entre otras.
El desmontaje total de este aparato solo se produciría en el siguiente gobierno del MAS, que se inauguró en enero de 2010, tras una aplastante victoria electoral en diciembre de 2009, cuando el presidente Morales se impuso con el 64 por ciento.

1.2.         Tema

De cómo los dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa, que fueron creados para conseguir un balance en el poder, se convirtieron en uno de los instrumentos utilizados por el MAS para consolidar su hegemonía en el poder.

1.3.         Objetivo

Reconstruir la forma en la que el MAS fue tomando los órganos del Estado gracias a los dos tercios de votos logrados en las elecciones de 2009.

1.4.         Justificación

Encarar un trabajo académico sobre los dos tercios de votos y el control hegemónico del poder resulta ser una necesidad en momentos en que este mecanismo ha perdido la efectividad con la que había nacido a la vida institucional. Tener o no tener dos tercios de votos puede resultar irrelevante para un partido como el MAS que, en las tres últimas elecciones, ha logrado mayorías aplastantes frente a sus adversarios.
Es preciso reflexionar sobre otros mecanismos que permitan ponerle límites al poder y, sobre todo, abran paso a la participación pluralista en la toma de decisiones.
Este trabajo contiene, en primera instancia, un marco teórico referido a la contraposición de ideas entre liberales y neomarxistas y sobre los dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa. Continúa con el desarrollo del tema en el marco de la dinámica parlamentaria y el uso de los dos tercios de votos en aquellos casos n los que la Constitución Política del Estado lo permite, para cerrar con las conclusiones.

2.     MARCO TEÓRICO

2.1.         Democracia limitada Vs Hegemonía

Encarar un marco teórico sobre los dos tercios de votos como mecanismo para la toma de decisiones en la Asamblea Legislativa de Bolivia es encontrarse, necesariamente, con dos visiones contrapuestas: La liberal y la que, para efectos de este trabajo, llamaremos popular socialista y que se nutre de pensadores neo marxistas. Cada una desde sus intereses políticos, explica su concepción del poder.
Los liberales parten del concepto de la democracia limitada, explicada por Norberto Bobbio; y los popular socialistas, siguiendo a Antonio Gramsci, tienen como norte la búsqueda del poder hegemónico.
Pero, vayamos por partes. Bobbio (2001) señala que “el liberalismo es una doctrina del Estado limitado, tanto con respecto a sus poderes como a sus funciones” (p.17).
Agrega que el estado de derecho se contrapone al Estado absoluto, mientras que el estado mínimo se contrapone al estado máximo.
“Por estado de derecho se entiende en general un Estado en el que los poderes públicos son regulados por normas generales (leyes fundamentales o constitucionales) y deben ser ejercidos en el ámbito de las leyes que los regulan, salvo el derecho del ciudadano de recurrir a un juez independiente para hacer reconocer y rechazar el abuso o exceso de poder” (p.18).
Pero, ¿cómo se puede limitar el poder para evitar los abusos de un gobernante o la imposición de un poder sobre otro? Bobbio (2001) señala:   
“Son parte integrante del estado de derecho en sentido profundo, que es el propio de la doctrina liberal, todos los mecanismos constitucionales que impiden u obstaculizan el ejercicio arbitrario e ilegítimo del poder y dificultan o frenan el abuso, o el ejercicio ilegal. Los más importantes de estos mecanismos son:  el control del Poder Ejecutivo por parte del Poder Legislativo, o más exactamente del gobierno al que corresponde el Poder Ejecutivo de parte del Parlamento al que toca en última instancia el Poder Legislativo y la orientación política; el control eventual del Parlamento en el ejercicio del Poder Legislativo ordinario por parte de una corte jurisdiccional a la que se pide el establecimiento de la constitucionalidad de las leyes; una relativa autonomía del gobierno local en todas sus formas y grados frente al gobierno central; y un Poder Judicial independiente del poder político”. (p. 19-20)
Existen diversos mecanismos para ejercer el control particularmente desde el Poder Legislativo y uno de ellos es la vigencia de los dos tercios de votos, un mecanismo que, en caso de Bolivia, fue introducido en la legislación para lograr que las minorías fueran tomadas en cuenta en las decisiones más importantes que atingen al Estado. Se usó, sobre todo, para aprobar reformas constitucionales y para el nombramiento de altas autoridades del Poder Judicial, de la Corte Nacional Electoral y de instancias del Poder Ejecutivo que requerían un alto grado de independencia e institucionalidad.
Durante la época de la democracia pactada, cuando los partidos mayoritarios no sobrepasaban el 40 por ciento de la preferencia electoral, los dos tercios de votos cumplieron con el objetivo de incluir a las minorías en las decisiones más importantes, como la reforma de la Constitución, la designación de altas autoridades del Estado, entre otros aspectos. Aunque, la crítica más generalizada a esta etapa es que se impuso el cuoteo y los intereses particulares entre todos los que participaban de los acuerdos.
El ex presidente de la Corte Nacional Electoral y estudioso de la temática electoral en Bolivia, Salvador Romero Ballivián (2008), recuerda que tras los acuerdos de la década del 90, “la Ley Electoral estableció que los vocales de la CNE y de las Cortes Departamentales debían ser elegidos por dos tercios de votos del total de miembros del Congreso. La minoría política recibía un poder de veto, una corta mayoría parlamentaria no podría designar por sí sola vocales”. (p.89)
Indica que “el propósito era que el oficialismo y la oposición acordasen nombres de personalidades sin vinculaciones partidarias: más que un asunto numérico los dos tercios (aplicado también para otras designaciones como las de Magistrados de la Corte Suprema o del Tribunal Constitucional) constituyó un principio político”.(p.89)
Sin embargo, la fórmula que parecía perfecta, fue distorsionada por los políticos que, en muchos casos, terminaron repartiéndose los altos cargos del Estado, lo que provocó la censura de la opinión pública.
El abogado Ariel Flores Mamani (2014), encuentra el fundamento de los dos tercios de votos en el principio de rigidez que deben tener algunos aspectos constitucionales.
“La teoría de la inmutabilidad, que sustenta la rigidez constitucional, establece que para la vida y desarrollo del Estado le es necesaria su estabilidad política y que ésta no podría ser posible si el Estado tuviese que variar constantemente. Entonces, para garantizar la invariabilidad y seguridad jurídica de la Constitución, el poder constituyente exige que asuntos de especial relevancia, solo puedan ser derogados o modificados mediante procedimientos legislativos especiales o cualificados (los dos tercios)”.
Desde que el Movimiento al Socialismo (MAS) logró triunfos arrolladores, por encima del 60 por ciento, la esencia de los dos tercios se ha perdido porque un solo partido logra esa cantidad de votos en la Asamblea Legislativa y deja fuera de las decisiones a los partidos minoritarios.
Esta ausencia de contrapesos ha devenido en lo que Fernando Molina denomina “democracia arbitraria”.
Dice Molina (2010):
“Desde octubre de 2008, cuando el gobierno logró vencer, en un solo movimiento, a la oposición política (…) y a la oposición regional (…); el MAS comenzó a actuar sin contrapesos y a desplegar sin prejuicios su verdadera concepción de la política. En los dos años que transcurrieron hasta ahora, desmanteló la mayor parte de los controles y frenos que se había construido en el pasado para evitar el retorno al “trono” de un personaje frecuente de la historia nacional, el caudillo autoritario. En contra de su propia promesa de conceder una mayor participación política a los sectores populares, y a su autodefinición como un “gobierno de los movimientos sociales”, lo que ocurrió en verdad fue un incremento enorme y peligroso del poder del Presidente y sus colaboradores más directos, y un intento de disciplinar en torno a ese poder a los disidentes (a muchos de los cuales se enjuicia o amenaza con enjuiciar), a las organizaciones sociales (que deben alinearse con un organismo coordinador manejado por el gobierno, y que son combatidas con energía cuando se movilizan) y a la prensa (presionada y, en consecuencia, autocensurada)” (p13-14).
Flores Mamani (2010) aporta que, habiendo el MAS logrado los dos tercios de votos, ya no necesita armar consensos para hacer los cambios que considere necesarios. “Ni el sistema político democrático estaba diseñado para un partido hegemónico, ni la autoridad del constituyente, a través del pluralismo político, había previsto las consecutivas y mayoritarias victorias electorales de una fuerza partidaria”, lo que, en su criterio, llevaría a romper con el carácter rígido que debería tener la Constitución.
En la otra vereda de las ideas, los impulsores del modelo popular socialista, reconocen que su objetivo es la búsqueda de la hegemonía en el poder. Las explicaciones del por qué se pueden encontrar en los escritos y discursos del vicepresidente Álvaro García Linera, y en la tesis doctoral de Íñigo Errejón, alto directivo de Podemos, la nueva fuerza partidaria de España, y que ha establecido un lazo fuerte con el MAS de Evo Morales y, sobre todo, con las ideas de García Linera. De hecho, su tesis aborda el proceso boliviano.
Durante la inauguración del XX Foro de Sao Paulo en La Paz, en agosto de 2014, García Linera dijo que “estamos asistiendo a una lenta, pero irreversible decadencia del neoliberalismo. Estados Unidos no es más la potencia del mundo (…) estamos asistiendo al seguimiento de gobiernos progresistas”.
En la visión de García Linera, los gobiernos que él llama progresistas, entre los que inscribe, por supuesto, al gobierno encabezado por el presidente Evo Morales en Bolivia, en este proceso han sido protagonistas de cinco conquistas y tienen otras cinco tareas pendientes por realizar.
La primera lección o logro, dijo durante ese acto al que asistieron movimientos antiglobalización del la región, es la comprensión de la democracia como método revolucionario, pero no aquella democracia concebida por los liberales y que fue explicada líneas arriba, sino como “el espacio propicio para la hegemonía, entendida en el sentido gramsciano, de liderazgo intelectual, cultural, liderazgo ideológico, liderazgo político”.
Sin duda, aquellos aspectos peyorativos que le imprimen los pensadores liberales a los intentos hegemonistas de los gobiernos populistas y/o socialistas desaparece por completo en el discurso de García que, basado en el pensador neo socialista Antonio Gramsci, la explica como un liderazgo intelectual.
En cambio, los liberales conciben a la hegemonía como el control total del poder, la limitación de los valores democráticos y la eliminación de las voces disidentes; lo que deviene en una disminución de la calidad de la democracia.
García Linera continúa diciendo que “en nuestros países hay una transformación de la democracia entendida como participación, aquí le llamamos democracia comunitaria, democracia participativa, frente a las democracias fósiles, es la misma sociedad en movimiento que ha recreado, reinventado la democracia como participación”.
El segundo logro es la gobernabilidad y la legitimidad conseguidas no solamente apegándose a los mecanismos de elecciones, sino que el otro componente fundamental es la presencia popular y la movilización social en las calles.
“No se puede entender a Evo sin la guerra del agua, de la coca, del gas, sin las movilizaciones populares que fueron creando un tejido denso de participación, que garantizó no solo la victoria, sino la estabilidad para enfrentar las intentonas golpistas”, señaló García Linera en el XX Foro de Sao Paulo.
El tercer logro, según el Vicepresidente es el “desmontamiento del neoliberalismo (…) mediante la recuperación de empresas estratégicas, la ampliación de los bienes comunes, de los recursos que pertenecen a todos, la continua redistribución de la riqueza, reconstitución y ampliación de derechos laborales”.
La construcción de un cuerpo de ideas es el cuarto logro, que conlleva acciones del antiimperialismo y el anticolonialismo, dando paso al pluralismo socialista. El quinto logro, a decir de García Linera, es el renovado internacionalismo y expectativa de integración regional que, a diferencia de los procesos que existían en el pasado, éstos (ALBA, UNASUR, CELAC) no están administrados por Estados Unidos y, por el contrario, son de los pueblos.
Así como planteó los logros obtenidos por los gobiernos progresistas, García Linera delineó las tareas pendientes, entre las que citó:
1.    Defender y ampliar los logros obtenidos hasta el día de hoy. No es posible y sería terrible que se diera un retroceso.
Este puede ser el justificativo de los gobiernos populistas para eternizarse en el poder. De hecho, la tendencia es hacerse reelegir indefinidamente. El presidente boliviano, Evo Morales, ya dio un paso en ese sentido al haber postulado y ganado un tercer mandato, pese a que la Constitución le permitía  acceder, únicamente, dos veces consecutivas.
El partido de gobierno controla actualmente los dos tercios de la Asamblea Legislativa, lo que le permitiría aprobar una reforma constitucional que le abriría la puerta a la reelección indefinida. De hecho, este es el mayor temor de los opositores, que ven en esos dos tercios el mecanismo legal para dejarlos fuera de cualquier decisión en ese sentido.
2.    Ampliar los logros económicos y estabilizar el modelo de desarrollo hasta aquí conquistado.
3.    Reforzar las tendencias comunitarias y socialistas de la experiencia cotidiana. “Los revolucionarios estamos aquí no para administrar el capitalismo, sino para transformar el capitalismo en una sociedad socialista y comunitaria”.
4.    Tener la capacidad de remontar las tensiones que emergen de un tipo de revolución emergente de procesos democráticos. ¿Cómo se construye hegemonía?, pregunta el Vicepresidente y responde que, en el sentido revolucionario y gramsciano no es abuso, es liderar, dirección moral política, dirección cultural, sobre el resto de las fuerzas sociales”. Una revolución tiene que ampliarse, irradiarse a otros sectores, pero si se irradia demasiado se debilita el núcleo, pero si se concentra en el núcleo, queda aislado y en sus alrededores pueden surgir otros liderazgos, hay que saber medir. Y, en este punto es en el que hace uno de sus planteamientos más polémicos: Al adversario hay que derrotarlo, eso es Lenin. Mientras que Gramsci dice que al adversario hay que incorporarlo, pero no se incorpora en tanto adversario organizado, sino en tanto adversario derrotado. Derrotar e integrar.
Y, eso mismo está haciendo ahora el gobierno, permitiendo la incorporación de liderazgos opositores que, tras ser derrotados en las urnas, ingresan al MAS para garantizar esa polémica hegemonía que le permiten los dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa y otros mecanismos aquí no señalados.
5.    Avanzar en procesos de integración técnica productiva para lo que plantea el reto de pasar de la integración política a la integración económica.  “Ninguna revolución va a salir sola adelante, o salimos todos juntos, o no sale nadie”, concluye.
Según Íñigo Errejón, la teoría que expone García Linera (y que se encuentra también recogida en su tesis doctoral), “tiene el valor de ser una aplicación práctica de un esquema teórico abstracto al caso concreto de la construcción de poder político y hegemonía en Bolivia”. (p.77)
En términos “políticos”, dice Errejón, la hegemonía es en Lenin el liderazgo de la clase obrera en una alianza amplia que de ninguna forma disuelve o modifica las identidades preconstituidas de las clases que la componen, que en definitiva tenían que “golpear juntas pero marchar separadas. Es una concepción instrumental, autoritaria y cortoplacista, en la que la vanguardia suma actores en una conjunción táctica y los conduce políticamente. Hay, sin embargo, un añadido crucial: Lenin opone la hegemonía al estadío exclusivamente “gremial o corporativo” de la política del proletariado. (p.120)
Citando a Gramsci, Errejón recoge que la hegemonía es una operación fundamentalmente cultural que va más allá de la unificación de fuerzas decretada por dirigentes políticos. La hegemonía es entonces, para Gramsci, liderazgo político, intelectual y moral que articula una voluntad colectiva orientándola en un sentido nacional-popular. (p.120)
Errejón agrega:
“Derivado, cristalizador y a su vez promotor de estas transformaciones, el gobierno del Movimiento Al Socialismo descansa sobre un liderazgo inédito en el país, que le ha permitido hacer frente a un ambicioso programa de reforma estatal. Este liderazgo, como ya se ha señalado, se expresa de la manera más evidente en sus sucesivas y amplias victorias electorales, pero comprende fundamentalmente la exitosa encarnación, por parte del MAS y más en particular de Evo Morales, de una nueva “voluntad colectiva nacional-popular”. (p.562)
Agrega que en Bolivia han existido dos regímenes hegemónicos – el nacionalismo revolucionario de 1952, el neoliberalismo de 1985- y en la crisis del Estado neoliberal se ha ido conformando una tercera hegemonía expansiva, que se ha consolidado durante el proceso constituyente y el primer gobierno de Evo Morales (2006-2009).
Éste último régimen hegemónico, que Errejón califica como nacional-popular indígena, ha instituido un nuevo sentido común según el cual la necesaria refundación estatal tiene que adaptar las estructuras políticas a la “nación verdadera” que tiene en su núcleo articulador a los sectores empobrecidos e indígenas, plebeyos en fin, como la esencia nacional. De la construcción de este nuevo horizonte en el que se inscriben las demandas y aspiraciones de diferentes sectores sociales se deriva el liderazgo político indiscutido del Movimiento Al Socialismo, encarnando esta identidad nacional plebeya conformada. El liderazgo del MAS se expresa no sólo en sus triunfos electorales o en los avances de las reformas institucionales estructurales, sino sobre todo en su capacidad para fijar los términos en los que se mueve la contienda política nacional. (p.570)
La democracia liberal, representativa o limitada, aquella que tiene frenos y contrapesos, busca evitar la concentración del poder en un solo partido y, en su concepción teórica, pretende la participación de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria.
En cambio, la democracia desde el punto de vista de los gobiernos popular socialistas, se plantea como objetivo llegar a la hegemonía para que un único proyecto político se convierta en el líder y conductor del Estado.

2.2.         Dinámica parlamentaria y dos tercios de votos

Entre 1985 y 2005, Bolivia ha vivido la era de la democracia pactada, lo que implica que los partidos, al no obtener ninguno de ellos más del 50 por ciento de los votos en las elecciones, se veían obligados a sellar alianzas para lograr la elección del Presidente en el Congreso Nacional, a través de una especie de voto calificado. Los únicos que decidían quién sería el Mandatario eran los parlamentarios.
Hasta las reformas de 1994, el Congreso podía elegir al Presidente entre los tres más votados. Sin embargo, la elección  de Jaime Paz Zamora, justamente el tercero en la preferencia electoral en 1989, provocó un rechazo ciudadano en torno a las prácticas políticas que estaban socavando la voluntad popular. Por eso, en las reformas del 94 se decide que el Congreso solo elegiría presidente entre los dos más votados.
Gustavo Rodríguez Ostria, en El Parlamento en Bolivia: Historia, estructura y dilemas (1826-2010), indica:
“En sí mismas, las coaliciones, entre entidades políticas diversas, no son negativas y, por el contrario, forman parte de las reglas de la democracia. Lo que las agotó en Bolivia fue el uso instrumental que de ella le dieron los partidos. Sin embargo, pese a los intentos por democratizar el ejercicio del poder o introducir códigos éticos en el ejercicio de la política, las prácticas patrimoniales y de cuoteo en la distribución de los cargos, a la manera de un botín, continuaron prácticamente incólumes” (p. 54).
En este escenario de coaliciones cada vez más grandes para garantizar la gobernabilidad es que los dos tercios de votos del Congreso sirvieron para garantizar la participación de la mayor cantidad de fuerzas políticas posible en determinaciones importantes como la elección de altas autoridades del Estado o la reforma parcial de la Constitución.
Si bien los partidos participaban de la distribución del poder a través del mecanismo de los dos tercios, a la larga, lo que hicieron fue ampliar el cuoteo para garantizar la gobernabilidad.
El desgaste del sistema político se convirtió en el caldo de cultivo para la aparición de una nueva opción: El MAS de Evo Morales, que ganó las elecciones de 2005 con mayoría absoluta de sus miembros, algo que no había sucedido en la historia de Bolivia.
Sin embargo, en aquella ocasión, al MAS no le alcanzó para obtener los dos tercios de votos del Senado y tuvo, durante los cuatro años que duró su gestión, un bloqueo opositor desde la Cámara Alta.
Ese escenario cambiaría en las elecciones de 2009, cuando el MAS se coronó victorioso con el 64 por ciento de los votos y aseguró por primera vez el control de la Asamblea Legislativa con sus dos tercios de votos.
Henrry Oporto, al referirse a los factores clave de la transformación del escenario político, señala que se produjo:
 Una “tendencia a la implantación de un sistema con fuerte predominio de un partido, un poder presidencial acrecentado, que prescinde de las alianzas políticas y descarta compartir el poder con otros partidos, cuya fuerza de sustentación política descansa tanto en su carácter plebiscitario (la apelación constante al voto y al respaldo popular legitimador) como la extraordinaria red de apoyo social que ha construido alrededor de los movimientos sociales que se adhieren al proceso de cambio. Un sistema que por ahora no encuentra opciones de recambio y alternancia en el poder”. (p. 173).
Oporto, en su artículo publicado en el libro Cuestiones Parlamentarias, hace un recuento por la reforma constitucional impulsada por el MAS, a través de la Asamblea Constituyente, y que le permitió al gobierno concentrar más poder y controlar efectivamente el Poder Legislativo, con medidas como el incremento de senadores de tres a cuatro por región.
Paralelamente, como ya lo hemos señalado, en las elecciones de 2009, el MAS consigue por primera vez el control de las dos cámaras a través de los dos tercios de votos que, según Oporto, es “un hecho inédito en la política boliviana. Mientras que los partidos de la oposición se ven relegados a una ínfima minoría y con muy escasas posibilidades de incidir en las decisiones legislativas. De ahí que, hoy día, tengamos un parlamento absolutamente dominado por el partido oficialista. En los más de 25 años de régimen democrático, nunca, jamás un gobierno logró asegurarse un respaldo parlamentario tan abrumador y definitorio”.
La conformación de la Asamblea Legislativa quedó de la siguiente manera tras las elecciones de 2009:
CÁMARA DE SENADORES
Partido
Senadores
Porcentaje
MAS
26*
72,2%
PPB-CONVERGENCIA
10
27,8%
TOTAL ESCAÑOS
36

*Con 24 senadores se logran los dos tercios, el MAS obtuvo 26.
CÁMARA DE DIPUTADOS
Partido
Diputados
Porcentaje
MAS
86*
66,1%
PPB-CONVERGENCIA
38
29,2%
UNIDAD NACIONAL
3
2,26%
ALIANZA SOCIAL
3
2,26%
TOTAL ESCAÑOS
130

*Con 86 diputados se logran los dos tercios, el MAS obtuvo exactamente esa cantidad.
ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL
Partido
Parlamentarios
Porcentaje
MAS
112*
67,4%
PPB-CONVERGENCIA
48
28,9%
UNIDAD NACIONAL
3
1,8%
ALIANZA SOCIAL
3
1,8%
TOTAL ESCAÑOS
166

*Se logran los dos tercios de votos con 110 miembros, el MAS obtuvo 112.
Con dos tercios propios (sin alianzas), reseña Oporto, el oficialismo tiene la llave para tomar decisiones cruciales prescindiendo de llegar a acuerdos con la oposición. “Por ejemplo, puede elegir por sí mismo, a las cabezas de los órganos de control y de defensa de la sociedad y del estado (Contraloría General del Estado, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo y Procuraduría General del Estado). Por otro lado, puede aprobar la Ley Marco de Autonomías y Descentralización e, incluso, una reforma parcial de la Constitución, sin necesidad de buscar consensos con la oposición, aunque luego esta reforma requiera de un referendo constitucional aprobatorio”.
Sin embargo, los dos tercios se utilizan de acuerdo a normas específicas para cada caso y, dependiendo de la situación, pueden aplicarse los dos tercios de votos del total de los miembros o de los presentes en sala.

3.     EL MAS TOMA EL CONTROL DE LOS ÓRGANOS  DEL ESTADO

Durante su segundo gobierno (2010-2014), el MAS consolidó la hegemonía a través de su aplastante mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Durante el primer período, las luchas habían sido en las calles y las carreteras de la denominada media luna, donde el gobierno logró imponerse por la fuerza. Pero, en la segunda gestión, con el control de los dos tercios de la Asamblea Legislativa, la oposición prácticamente quedó disminuida a la nada.
Para efectos de este trabajo, recurrimos a la Constitución Política del Estado para establecer cuáles son aquellos casos en los que se requieren dos tercios de votos para dar luz  verde a una decisión y también para señalar si el MAS utilizó o no y cómo hizo la aplicación del preciado instrumento de los dos tercios de votos legislativos.

 

3.1.         Los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional


ARTÍCULO 158 (4)
Es atribución de la Asamblea Legislativa Plurinacional “elegir a seis de los miembros del Órgano Electoral Plurinacional por dos tercios de votos de sus miembros presentes”

En agosto de 2010, haciendo uso de sus dos tercios de votos, el MAS eligió a tres de los siete miembros del Tribunal Supremo Electoral: Irineo Zuna (indígena), Ramiro Paredes y Wilma Velasco. Por su parte, el presidente Evo Morales hizo uso de su prerrogativa nombrado a uno de los miembros del Tribunal, cargo que recayó en Wilfredo Ovando.
En enero de 2011, el partido oficialista completó el nombramiento de vocales electorales con Fanny Rivas, Dina Chuquimia y Marco Ayala.
Los nuevos vocales electorales surgieron a la vida institucional bajo la sospecha de responder al MAS porque esa fuerza partidaria, sin concertar con ningún otro partido, los había elegido en la Asamblea Legislativa.
De hecho, luego se presentarían cuestionamientos concretos en contra del accionar de estos vocales, a los que la oposición acusó de favorecer al partido de gobierno en diversos momentos, sobre todo, en las elecciones generales de 2014, cuando el presidente Evo Morales, en su calidad de candidato, hizo uso de los bienes del Estado sin que el Tribunal Electoral se pronunciara contundentemente en contra.
ARTÍCULO 158 (5)
Es atribución de la Asamblea Legislativa Plurinacional “preseleccionar a las candidatas y candidatos para la conformación del Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y Consejo de la Magistratura (por dos tercios de votos de los presentes)”
Éste fue el uso más polémico que hizo el MAS de sus dos tercios de votos. El 16 de octubre de 2011, se celebraron en Bolivia las primeras elecciones judiciales, de las que emergieron los primeros altos miembros del Poder Judicial elegidos por voto directo.
El gobierno de Evo Morales anunciaba la primera reforma estructural de la justicia boliviana que, hasta entonces, era acusada de ser corrupta y lenta. Sin embargo, el proceso nació con un pecado original: los candidatos habían sido previamente preseleccionados por los dos tercios de votos del MAS en la Asamblea Legislativa.
Es decir, los ciudadanos votaron en las elecciones, pero sobre las listas elaboradas previamente por el MAS. El rechazo a este mecanismo se produjo en las urnas, donde el 60 por ciento de los electores le dijo No al proceso, mediante el voto nulo o blanco. Es decir, el nuevo Poder Judicial surgió con el 40 por ciento de los votos válidos.
Los opositores se apresuraron en pedir la anulación de los comicios argumentando que, si bien el proceso era legal, carecía de legitimidad.
De hecho, la baja votación que obtuvo cada uno de los nuevos altos miembros del Poder Judicial da una pauta en ese sentido. A continuación se transcriben los resultados electorales correspondientes solo a los magistrados titulares, datos que fueron recogidos del periódico Los Tiempos (2011). Los suplentes obtuvieron votaciones mucho más bajas aún.
TRIBUNAL AGROAMBIENTAL PLURINACIONAL
Magistrado elegido
Porcentaje          de     votos válidos
Bernardo Huarachi
16,5
Deysi Villagomez
9,05
Gabriela Armijo
7,04
Javier Peñafiel
6,75
Juan Ricardo Soto
5,38
Lucio Fuentes
5,34
Yola Paucara
4,63
TOTAL DE VOTOS
Votos nulos
42,60
Votos blancos
17,07
Votos válidos
42,34

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
Magistrado elegido
Porcentaje de votos válidos
Gualberto Cusi
15,70
Efren Choque
10,57
Ligia Velásquez
7,26
Mirtha Camacho
5,95
Ruddy José Flores
5,77
Neldy Andrade
5,25
Soraida Chanez
5,08
TOTAL DE VOTOS
Votos nulos
44,03
Votos blancos
13,87
Votos válidos
42,10

CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
Magistrado elegido
Porcentaje de votos válidos
Cristina Mamani
26,34
Freddy Sanabria
8,75
Wilma mamani
8,69
Roger Triveño
7,97
Ernesto Araníbar
6,85
TOTAL DE VOTOS
Votos nulos
42,20
Votos blancos
15,81
Votos válidos
41,99
La elección de los miembros del Tribunal Supremo de Justicia obedece a otro tipo de fórmula, que incluye el criterio regional, por lo que no se incluye un cuadro de similares características.
Pese a las observaciones, los nuevos magistrados asumieron sus funciones con el reto de practicar la revolución democrática y cultural también en el Poder Judicial.
Opositores y analistas insistieron que, por la forma de preseleccionar a los candidatos, el MAS se había hecho del control del Poder Judicial, puesto que estos magistrados, una vez que asumieran el cargo, irían cambiando a todos los miembros del Órgano Judicial, en una especie de cascada, como finalmente sucedió.
Finalmente, el 25 de abril, el Tribunal Constitucional Plurinacional le daría la razón a la oposición al habilitar al presidente Evo Morales como candidato para un tercer mandato consecutivo, pese a que la Constitución solo permite una reelección.
El argumento usado por el Tribunal Constitucional era que el primer mandato, que había sido recortado de cinco a cuatro años, había ocurrido en la vieja República de Bolivia y que, en el nuevo Estado Plurinacional, Morales estaba en su primer período presidencial, por lo que quedaba habilitado para un segundo mandato.
Entonces, un Tribunal Constitucional nacido de los dos tercios del MAS le permite a Evo Morales postular a un tercer mandato presidencial. Y, luego, un Tribunal Electoral nacido también de los dos tercios del MAS, allana la segunda reelección del mandatario sin hacer observaciones al fallo del Constitucional y, sobre todo, permitiendo una campaña desigual entre el oficialismo y la oposición.
ART. 158 (18)
Es atribución de la Asamblea Legislativa “interpelar, a iniciativa de cualquier asambleísta, a las ministras o ministros de Estado, individual o colectivamente, y acordar la censura por dos tercios de los miembros de la Asamblea. La interpelación podrá ser promovida por cualquiera de las cámaras. La censura implicará la destitución de la Ministra o Ministro.
Este artículo, que le faculta al MAS a usar los dos tercios de votos para sacar de su cargo a los ministros del presidente Evo Morales, no fue utilizado porque, quienes plantean las interpelaciones, son parlamentarios de la oposición. A la hora de la votación, se impone la mayoría oficialista aprobando la gestión del ministro.
Incluso, desdeñando esta atribución legislativa, el presidente Morales suele decir que los parlamentarios que son interpelados por la Asamblea Legislativa tienen el cargo asegurado.
ART. 214
La Contralora o el Contralor del Estado se elegirá por dos tercios de votos de los presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La elección requerirá de convocatoria pública previa, y calificación de capacidad profesional y méritos a través de concurso público.
Pese a que es atribución de la Asamblea Legislativa Plurinacional elegir por dos tercios de votos al Contralor General del Estado, el presidente Evo Morales designó en diciembre de 2008 en ese cargo, de forma interina, al diputado oficialista Gabriel Herbas. En ese entonces, el MAS aún no tenía los dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa, sin embargo, más tarde, pese a haber logrado ese respaldo, el oficialismo no siguió los procedimientos legales para elegir a un nuevo Contralor. Actualmente, se mantiene en el cargo Gabriel Herbas, un hombre de confianza del presidente Morales.
ART. 220
La Defensora o el Defensor del Pueblo se designará por al menos dos tercios de los presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La designación requerirá de convocatoria pública previa y calificación de capacidad profesional y méritos a través de concurso público, entre personas reconocidas por su trayectoria en la defensa de los derechos humanos.
En abril de 2010, los dos tercios de votos de la Asamblea Legislativa Plurinacional eligieron a Rolando Villena en el cargo de Defensor del Pueblo, con los consiguientes temores de que su gestión respondería al MAS. Sin embargo, Villena ha demostrado independencia en sus actuaciones y, en la actualidad, junto a la Iglesia Católica y algunos medios de comunicación, es una de las pocas voces disidentes en Bolivia; aunque sus informes no tienen capacidad coercitiva, sino solamente moral.
ART. 227. (I)
La Fiscal o el Fiscal General del Estado se designará por dos tercios de votos de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La designación requerirá de convocatoria pública previa, y calificación de capacidad profesional y méritos, a través de concurso público.
En octubre de 2012, los dos tercios de votos del MAS permitieron la elección de Ramiro Guerrero en el cargo de Fiscal General del Estado. Guerrero fue miembro de la Asamblea Constituyente por las filas del MAS, previamente había sido nombrado magistrado de la Corte Suprema de Justicia por el presidente Evo Morales y en las elecciones judiciales fue candidato a ocupar uno de los altos cargos del Órgano Judicial.
ART. 230. (II)
La designación de la Procuradora o Procurador General del Estado corresponderá a la Presidenta o Presidente del Estado.

ART. 230. (III)
La designación podrá ser objetada por al menos dos tercios de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional, en un plazo no mayor a 60 días calendario desde su nombramiento. La objeción tendrá por efecto el cese de la funciones en la persona designada.
En marzo de 2014, el presidente Evo Morales designó en el cargo de Procurador General del Estado a un hombre de su plena confianza, el entonces diputado Héctor Arce. Por supuesto, la Asamblea Legislativa no hizo uso de sus dos tercios de votos para objetar el nombramiento.
ART. 261. (II)
La Ley Marco de Autonomías y Descentralización será aprobada por dos tercios de votos de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
En julio de 2010, el MAS hizo uso de sus dos tercios de votos para aprobar la Ley Marco de Autonomías y Descentralización, en medio de observaciones de la oposición porque la citada norma permitía la suspensión de autoridades locales a sola acusación de un fiscal. De hecho, esta ley le sirvió al MAS para sacar de sus cargos a los gobernadores de Tarija, Mario Cossío; y de Beni, Ernesto Suárez; además de 11 alcaldes, entre ellos Jaime Barrón de Sucre y René Joaquino de Potosí.
El 2013, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales los artículos que permitían la suspensión de autoridades electas a sola acusación fiscal.
ART. 411, (II)
La reforma parcial de la Constitución podrá iniciarse por iniciativa popular, con la firma de al menos el 20% del electorado; o por la Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante ley de reforma constitucional aprobada por dos tercios del total de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Cualquier reforma necesitará referendo constitucional aprobatorio.

Este artículo aún no ha sido utilizado por los dos tercios del MAS, pero la oposición teme que se estrene su aplicación con una reforma constitucional que le permita al presidente Evo Morales la reelección indefinida. Ante los vaticinios, Morales ha señalado que cumplirá lo que diga la Constitución, aunque eso puede significar que sí buscará la reelección indefinida.
ART. 160. (6)
Es atribución de la Cámara de Senadores “juzgar en única instancia a los miembros del Tribunal Constitucional Plurinacional, tribunal supremo de justicia, el tribunal agroambiental y del control administrativo de justicia por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones cuya sentencia será aprobada al menos por dos tercios de los miembros presentes, de acuerdo a ley”.
Una vez que se ha producido la crisis en el nuevo Órgano Judicial, el MAS se apresta a utilizar sus dos tercios de votos para juzgar y sacar de sus cargos a tres magistrados del Tribunal Constitucional por haber admitido un recurso en contra de la Ley del Notariado.

4.     CONCLUSIONES

El presidente Evo Morales inicia este 2015 su tercer mandato consecutivo y lo hace con el control prácticamente total de los cinco órganos del aparato estatal.
a.    El Órgano Ejecutivo y, dentro de él, en el Palacio de Gobierno y en la Vicepresidencia del Estado es donde se centralizan las más importantes decisiones que hacen a la vida nacional.
b.    Los resultados electorales de diciembre de 2014 le dieron al MAS el 61 por ciento de los votos y, una vez más, el control de los dos tercios de la Asamblea Legislativa, por donde pasan las decisiones más delicadas, como nombramiento de altos cargos, enjuiciamiento de magistrados y la reforma parcial de la Constitución Política del Estado.
c.    El Órgano Judicial, que fue reformado vía elección directa, atraviesa por una profunda crisis de credibilidad y, desde el presidente Evo Morales, hasta sus más acérrimos opositores, coinciden en que debe operarse un cambio estructural. Lo que no se sabe es si el MAS mantendrá el mecanismo de selección de candidatos vía Asamblea Legislativa para después someterlos al voto directo.
Lo que está claro, sin embargo, es que cualquier mecanismo pasará por el control hegemónico del MAS ya sea en el Órgano Ejecutivo, en el Legislativo o en el Electoral.
d.    El Órgano Electoral continúa en manos de los vocales que fueron seleccionados por los dos tercios de votos del MAS en la Asamblea Legislativa. El trabajo de este Órgano ha sido observado hasta por la misión la OEA que llegó para hacer seguimiento a las elecciones generales de 2014 y por el propio presidente Evo Morales. Pese a eso, sus integrantes se mantienen en el cargo rompiendo con el principio de que los vocales electorales deben ser personalidades notables, de probada independencia partidaria  y deben gozar del consenso nacional.
Lejos de cumplir con estos requisitos, los actuales vocales electorales han sido tachados de ineficientes y, en más de un caso, han sido relacionados con el partido de gobierno. Wilfredo Ovando, uno de los vocales, fue visto en un acto proselitista del MAS blandiendo una bandera de ese partido.
e.    Las designaciones en las entidades de defensa del Estado tampoco tienden a cambiar. Hombres de confianza del presidente Evo Morales ocupan cargos clave y lo seguirán haciendo, en la Contraloría, la Fiscalía y la Procuraduría. La excepción es la Defensoría del pueblo, que mantiene su independencia frente al poder central.
f.     La gran incógnita, a estas alturas, son las gobernaciones y alcaldías. El MAS pretende copar también esos espacios locales, pero la decisión está en manos de los ciudadanos bolivianos que en marzo acudirán a las urnas.
La ansiada hegemonía ha sido lograda. Ahora, el vicepresidente Álvaro García Linera puede decir que el poder total ha sido conquistado, aunque, como él mismo lo indica, lejos de replegarse a disfrutar de las mieles del poder, los líderes de la denominada revolución democrática y cultural de Bolivia y de América Latina tienen otras tareas por cumplir, las que fueron descritas más arriba.
El mecanismo de los dos tercios de votos, que nació como una forma de garantizar la participación de las minorías en la toma de las decisiones más importantes y para darle rigidez a la Constitución, ha sido superado por el tiempo. Es hora de crear nuevos mecanismos democráticos inclusivos. Esa tarea, sin embargo, no recae en quienes actualmente detentan el poder sino, por el contrario, en quienes quedaron reducidos a una oposición estéril y decorativa.












 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bobbio, N. (2001). Liberalismo y Democracia.
Errejón, I. (2012). La lucha por la hegemonía durante el primer gobierno del MAS en Bolivia (2006-2009): un análisis discursivo. Recuperado de http://eprints.ucm.es/14574/1/T33089.pdf
Flores Mamani, A. (2014, 07 de diciembre). ¿Para qué sirven los dos tercios en la Asamblea Legislativa?. La Razón. pp. E6.
García Linera, A. (2010). Del Estado aparente al Estado integral. Discursos y ponencias del Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Recuperado de http://www.vicepresidencia.gob.bo/IMG/pdf/discursos_ponencias_8.pdf
García Linera, A. Discurso de inauguración del XX Foro de Sao Paulo en La Paz. (28 de agosto de 2014). Grabación obtenida del archivo personal de la autora de esta monografía.
Votos blancos y nulos alcanzan 60 por ciento. (2011, 11 de noviembre). Los Tiempos. Recuperado de  http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/politica/20111111/votos-nulos-y-blancos-alcanzan-60_149019_308796.html
Molina, F. (2010). Teoría de la democracia arbitraria. Democracia bajo fuego. Fundación Pazoskanki.
Rodríguez Ostria, G. (2010) El Parlamento en Bolivia: Historia, estructura y dilemas (1826-2010). Cuestiones parlamentarias. Fundación de Apoyo al Parlamento y la participación ciudadana (FUNDAPPAC).
Romero Ballivián, S. (2008) El Organismo Electoral en el proyecto de Constitución de la Asamblea. Opiniones y Análisis. Análisis del proyecto de Constitución de la Asamblea Constituyente.  Fundemos.
Oporto Castro, H. (2010) Sistema político y Poder Legislativo. Cuestiones parlamentarias. Fundación de Apoyo al Parlamento y la participación ciudadana (FUNDAPPAC).


Contenido