Mery Vaca,
periodista
Los audios y
videos grabados de incógnito le han puesto sabor, escozor y rencor a esta
campaña electoral que está a punto de terminar.
Quienes nada
tenemos que ver con los protagonistas de estas grabaciones estamos entre la diversión,
el asombro y la rabia por conocer cómo son los candidatos y algunas autoridades
en privado. Mientras que los involucrados deben batirse entre la urticaria y
las ganas de “fusilar” a alguien por revelar sus secretos.
Pero, veamos qué
develan esos materiales audiovisuales:
·
El músico Pablo Canedo, ahora candidato del
MAS a la gobernación de Tarija, en su
época de autonomista (para entonces el Gobierno lo hubiera llamado
separatista), entonaba una versión estilizada del himno a Tarija en la que
decía: “Tenemos tanto gas que nos cagamos en el MAS”. Y, para cerrar con broche
de oro la pieza musical preguntaba si los tarijeños quieren ser independientes.
·
Rossío Pimentel, candidata a alcaldesa del MAS
en Oruro, en una charla informal comenta, entre risa y risa, que le hizo un
almuerzo de nivel a Evo Morales en la efermérides departamental, mientras se
refería al primer mandatario como “el cojudo” o “el perro”.
·
El viceministro de Régimen Interior, Jorge
Pérez, amenaza con “fusilar” a los traidores que no hagan campaña por el MAS en
Tarija. Claro, luego matiza un poco y da a entender que, como en estos tiempos
no se puede fusilar a la gente, hay que censurarlos o vetarlos.
·
Edgar Patana, el candidato a alcalde por el MAS
en El Alto, recibe un misterioso sobre de manos del ex alcalde Fanor Nava,
cuando el primero era dirigente social de su ciudad y era capaz de controlar a
sus bases.
·
El candidato del MAS a la Alcaldía de Santa
Cruz, Reymi Ferreira, aparece en un vídeo perdiendo los estribos en una entrega
de gorras a sus militantes.
En la campaña de
las elecciones nacionales también han aparecido audios comprometedores. Uno de
ellos involucraba al entonces candidato presidencial de UD, Samuel Doria
Medina, quien amenazaba a la ex esposa de Jaime Navarro con enviarla a trabajar
a Trinidad si no firmaba un acuerdo con el ex candidato a diputado por La Paz
luego de que éste la golpeara en la propia casa de Doria Medina.
Audios van y
audios vienen, pero más allá de la risita o la bronca que puedan causar, hay
algunos aspectos dignos de considerarse.
Los audios
grabados en secreto revelan el verdadero ser de sus protagonistas. Así por
ejemplo, ahora sabemos que Pimentel es una política oportunista que no comulga
ni respeta al Presidente, pero se sirve de su partido para candidatear. También
sabemos que Canedo fue de los duros opositores y que, sin mediar principios ideológicos,
el MAS lo acepta y lo convierte en su candidato a gobernador.
O, lo que es
peor, sabemos que la autoridad encargada de cuidar la seguridad de los
bolivianos, en sus fueros internos es capaz de fusilar a alguien que no cumpla
sus órdenes. No queda claro qué contiene el sobre que recibe Patana de manos de
Nava, pero queda la duda y la sospecha de que no es algo transparente y por
eso, el contenido va envuelto en un discreto papel que es introducido en un maletín negro.
También queda
claro que Ferreira, como él mismo lo dijo, es un ser humano que llora, ríe y se
enoja y que no es el papa Francisco. Y, gracias a la campaña presidencial, nos queda
claro que Doria Medina es machista y que es capaz de coaccionar a una mujer
víctima de violencia. De Navarro mejor ni hablar.
De no ser por la
campaña electoral, los ciudadanos jamás conoceríamos el verdadero ser de estos
candidatos. En síntesis, quienes aparecen en estas piezas audiovisuales quedan
desnudos ante sus electores. Y esa desnudez es buena, sobre todo para los
indecisos, quienes pueden definir por quién votar con verdaderos elementos de
juicio.
Otro de los
aspectos a considerar es que quienes revelan estos materiales son allegados,
militantes o “amigos” de los candidatos. Lo que significa que el MAS, al menos
en esta campaña, está durmiendo con el enemigo. También denota que no todos
están conformes con la designación de los postulantes y eso no solo se revela
en estas maniobras sino en las tendencias marcadas por las encuestas.
En todo caso, la
única manera de evitar la difusión de estos materiales es manteniendo la
coherencia entre la retórica y los hechos, entre la vida pública y la vida
privada. No hay que hablar en privado lo que no seamos capaces de sostener en
público. Eso es coherencia y ética con uno mismo.
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