Mery Vaca, periodista
La Patria es el amor
Es la dicha es el amor
Por ella
el pecho suspira
Por ella
el alma se inquieta
Esa es la Patria que suena en los actos oficiales. Esa es la
Patria de Juan Enrique Jurado. Pero, no todos calzan en esa patria de verso.
Hay una Patria arrinconada, una Patria asfixiada, una Patria que piensa diferente
y que, no por eso, en el discurso oficial, ha dejado de ser Patria.
La Patria es diversa, pero las ideas diversas están proscritas.
La Patria sabe a locoto picante, pero Amalia, la periodista
más picante de Bolivia, nos deja sin su sazón.
La Patria es ancha como el salar de Uyuni; pero es ajena para
los disidentes.
La Patria es transparente como el lago Titicaca, pero muchos
compatriotas siguen siendo invisibles.
La Patria es colla, camba y chapaca; pero no para todos los collas,
ni para todos los cambas, ni para todos los chapacos.
La Patria es indígena y es mestiza, pero muchos indígenas y
más mestizos no calzan en la Patria de Juan Enrique Jurado.
La Patria, en números, es más urbana que rural, pero el
discurso oficial destaca más a la rural que a la urbana.
La Patria es ahora menos pobre, pero no por eso sus gobernantes son más tolerantes.
La Patria es ahora menos pobre, pero no por eso sus gobernantes son más tolerantes.
La Patria es el rojo de la sangre de los héroes, esos que
lucharon por todos, no por los gobernantes de turno y sus acólitos.
La Patria es el amarillo del oro y de los recursos naturales,
donde reside la bonanza de Bolivia, una bonanza que amenaza con acabarse y que
todavía no llega a Potosí.
La Patria es el verde de los bosques, esos bosques que se
depredan a diario.
La Patria es una, pero
en cada discurso oficial discurren dos patrias.
Patria es el lugar donde nací y donde elegí vivir, por eso
quiero una sola Patria.